martes, 10 de septiembre de 2013

Participante: Guadalupe Andalón - El primer baile


En la sala de mi casa hay un mueble alto, muy alto. Cada que paso por ahí me detengo en el umbral de la puerta y lo observo, es tan grande que toca el techo, tiene muchos objetos muy bonitos, también tiene libros, estos son los que me llaman la atención porque están formaditos muy derechitos, muy alineados, puedo sentir que me hablan, por eso me detengo, mis ojos persiguen la voz de los libros hasta que los ven. Mi papá no me los quiere enseñar, dice no cada que le se lo pido, son muy frágiles y tus manos son muy torpes, me dice.

Pero hoy es el momento mis papás no están, nos han dejado solas, mi abuela vino a cuidarnos, esta es mi oportunidad, voy hacer dos cosas que me tienen prohibido hacer, una es agarrar por fin un libro y la otra es entrar a la sala, donde hay tantas cosas que se pueden ensuciar y romper, solo para las visitas, oigo a mi mamá cada vez que quiero entrar ahí. Mi hermana no quiere acompañarme, ella con la duda en los ojos me dijo que no, que nos van a regañar, prefirió irse al cuarto a jugar con su muñeca, yo no, ya lo tengo todo planeado, en cuanto la abuela se puso a ver la novela, me fui corriendo a la sala y agarre por fin un libro, es muy pesado, casi me voy de espaldas cuando lo saque del mueble, lo arrastro al piso y me acuesto boca abajo. Achu, achu, un estornudo se me sale, el polvo me pica la nariz, por fin lo tengo en mis manos, lo puedo tocar y ver, tiene la tapa dura, es de color café con dorado y negro, se ve muy elegante, que bonito se siente, lo abro, sus hojas son delgaditas, debo de tener cuidado, creo que mi papá tiene razón es muy frágil, me limpio las manos en el vestido para no ensuciarlo, le doy vuelta a la hoja despacito no se vaya a romper.

Me quedo muy quieta observando las hojas, solo tengo cinco años, no se leer, cuanto me gustaría poder hacerlo, distingo las vocales, con mi dedo busco entre todas las letras, una que conozca quiero ver cuantas puedo encontrar; una, dos, tres, cuatro, cinco, “a”, eso en solo un pedacito, ya ví una “e”, otra más, una “i”, la “o” y la “u” también están. Las cuento hasta que se me acaban los números que me se. Todas las vocales están acompañadas de otras letras que no conozco. Que ordenadas están las letras, ninguna fuera de lugar. Me volteo y quedo boca arriba con el libro abierto en la panza, cierro los ojos, las letras se juntan unas con otras formando parejas, otras forman grupos, me imagino un baile, todas bailan en mi cabeza, suelto una carcajada, Señorita A, le dice muy formal la E, gustaría bailar conmigo, se ve muy gracioso, otra letra que parece una montaña le pide el baile a la O. Oigo la música, todas las letras se detienen y se acercan a mi, me quieren decir algo, pero no les entiendo, oigo susurros y luego me gritan, yo les digo que si me lo dicen despacio les puedo entender, aprieto el libro mas fuerte. El baile se detiene cuando abro los ojos.

Yo no se porque no me dejan agarrar los libros, se siente muy bien tenerlos en las manos. Creo que cuando conozca todas las letras, el baile que hay en mi cabeza va a sonar bien. Ahorita solo puedo darle vueltas a las hojas, con cuidadito muy despacio, para no hacerle daño. Cierro el libro, con un abrazo me despido. Me levanto y de puntitas acomodo el libro de nuevo en el estante tal y como estaba para que no me descubran cuando mi papá venga. Mi abuelita me grita, escucho a mi hermana jugar. Salgo corriendo de la sala. Ya quiero tener seis años para bailar junto a las letras.

Guadalupe Andalón.

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