domingo, 31 de agosto de 2014

Tejedora de Sueños: Palabras... un puente hacia la expresión


Las palabras están compuestas por un hilo de letras
coordinadas por la mano, por un sentimiento,
por la precipitación de la mirada.
Una palabra simplemente expresa,
define, une dos bocas en la desolación,
concluye pensamientos,
comienza atardeceres,
y sólo se le llama palabra.

Es la dirigente de un velero
y también el velador después de la lluvia,
la que deja en percance al silencio
y eleva a la imaginación.

Una palabra puede constar de distintas letras,
estar escrita en cualquier idioma,
ser pronunciada como se quiera,
pero puede transformar la portada de una oración,
cambiar la conversación de dos almas
es decir te quiero o te amo,
son palabras...
pero en realidad no las pronuncia la boca,
las grita el corazón.

Una palabra transfiere felicidad, agonía o tristeza.
Una palabra se siente, se saborea,
palpita en cada uno de los latidos,
se refleja en la mirada.

Es el comienzo de una despedida
o la llegada de un nuevo amanecer,
es ejemplificar una oración y soltarla de a poco en una palabra.

Felicidad es la palabra menos habitual
usada entre sauces viejos y bocas agrietadas,
será, porque ya lo han dicho muchas veces
o porque su significado a caducado entre sus dientes.
Es una de las palabras más nobles e inocentes
de cualquier diccionario poético.
No sabe de tiempo, lugar o circunstancia,
sin razón invade las venas
y pilotea constantemente sobre la memoria.

La tristeza palabra de ocho letras
amarga y melancólica, es la poción para poemas
y la daga para un corazón.
Es una palabra que escupe a la alegría
obligando a migrar a una esperanza
y arrancándole las alas a la fe.
No se debe ver como un pecado pero si como un veneno
que algún día marchitara el corazón
y quitara el destello de una mirada.

La palabra no conoce extensión ni límites,
no se cansa de soñar, pensar e invadir
cada uno de estos cuerpos necesitados de un rayo de sol.
Una palabra que se escribe en blanco
y su símbolo es la única paloma que lleva entre sus alas
el peso de reencontrar la alegría,
la esperanza acarrea tranquilidad
y es usada por personas en corbata o grilletes,
bajo un cielo estrellado o bajo una tormenta,
pero ella tiene una coraza lijada por los años
que no traspasa ni una tempestad.

Las palabras son un puente entre cada persona,
entre la hoja y el lápiz o entre la luna y el sol,
que jamás se ven porque han llegado demasiado tarde.
Una palabra o mil palabras son las que jamás envejecerán.

Embarcar en este mar de palabras
es como tratar de saber el nombre de todas las estrellas
o encontrar el amor verdadero.
Las palabras pueden ser sofisticadas pero sin corazón,
en cambio, una palabra que no sea tan elegante o diseñada
llena el corazón y enloquece a los oídos.
No hay canción o instrumento que se pueda comparar
con la dulce melodía de una palabra,
libre de telarañas y odio escondido entre las a.

El amor comienza con una palabra
y el odio también.
Una canción, un amanecer
y el terminar de este poema también.

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