domingo, 31 de agosto de 2014

Escritora de Esperanzas: El brillo de las palabras


Las palabras son el suspiro de la imaginación,
el despertar de los sueños,
el mundo donde la mente vuela,
donde las hojas se hacen mariposas.

Son el arcoíris que sube por la esperanza
y llega a una letra que alguna vez fue cultivada en el pasado,
pero la luz la hizo brillar, para refugiarse en un árbol de tinta
donde las semillas florecen...
hasta ser reconocidas como una palabra.

Son la forma creativa de ilustrar emociones
que fueron arrinconadas en la soledad,
pero, la alegría despertó a los sentimientos.

Son las que hacen funcionar las alas de las hadas,
son las que le dan color a los hongos,
las que hacen funcionar al tren de las ilusiones
y que sirven para escribir en un pequeño trozo de alegría
bordado con manos llenas de amor.
Leídos lentamente por el autor
que dio vida a los enredos de ficción y fantasía.

PALABRAS...
Ayudan a volar a las aves,
como cuando los colibríes se posan en las rosas
con cautela a picar con suavidad esa hermosa flor
que guardaba en su néctar el polen de las palabras
y ayudaría a crecer un arcoíris de imaginación.
Son los colores que alegran y destrozan, son inesperadas.

No solo son letras,
son la amistad que se tiene en cada momento
después de una lluvia, de una decepción.
Después de haber visto aquella sonrisa esperada del día,
es ilusionar,
exagerar en un mundo nuevo, creado por palabras,
por tinta y un poco de esfuerzo.
Es volar de mente en mente y acompañar al sol en un gran atardecer.

Escribirla, significa que una mariposa volara,
que las flores se tornaran de colores,
los arboles tendrán hojas de agua,
los cuadernos se llenaran de oraciones
que mostraran que es muy sencillo “Imaginar”.

Si no existieran...
las rosas perderían su aroma,
los pétalos se quebrarían,
dejaríamos de imaginar,
la luna se caería
y se convertiría en pequeños trozos de tierra sin vida,
los arcoíris desaparecerían.
Pero eso no sucederá.
Tienen gotas de sueños que hacen imaginar
y crear algo nuevo,
algo que traspase los corazones.

Hacen que no se extinga la llama de tinta
que recorre las venas y hace sonreír cada día más.
Provocan que los atardeceres sean eternos,
que los sueños se cumplan.
Son el mundo,
son las canciones de los pájaros
y nos ayudan a permanecer vivos...

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