domingo, 31 de agosto de 2014
Octavio López: Miento
Miento cuando aseguro que no me importa lo que suceda con tus peces a los que alimenté con serenidad y paciencia cuatro meses mientras esperaba que volvieras del trabajo.
Miento cuando juro que eres el único recuerdo negativo que tengo de mi sabático en Madrid y de la decepción de la Cibeles que no tenía anillo de pedida ni huella alguna de haber llorado.
Miento con tanta enjundia que luego cuando me debo desnudar frente al espejo apenas reconozco lo que hice y me duermo en paz porque no recuerdo haber mentido y no me salen lagrimas por recordarte, cómo, si apenas te conocí ayer y no eres precisamente lo que detiene los latidos de mi pecho.
Miento cuando asumo que eres feliz y sé que en el fondo del mar necesitas aire y que el oro no se puede respirar.
Miento cuando juego con los niños de la vecina y no extraño a los tuyos que no eran míos pero que lo fueron porque los dormí esperándote y asegurándome de sacar la basura de la cocina.
Miento cuando te siento tras de mi trabajando en edificar un edificio que a nadie le interesa ni para una foto de recuerdo de cómo era el espacio antes de vaciarlo.
Miento cuando digo que te digo la verdad y cuando digo que te quiero como el primer día porque nunca sucedió; después del primer día te quise de mil maneras diferentes y dejé de quererte otro tanto y con más frecuencia pero me acostumbre a ti.
Miento cuando me preguntan si soy feliz y contesto preguntando lo que es la felicidad en lugar de llanamente decir que no, que no lo soy y que hace mucho deseo que desaparezcas.
Miento cuando pregunto lo que me costaría borrarme el tatuaje con tu nombre que me grabé en la nuca donde nadie me lo viera y que solo lo sintieras con tus uñas largas que me acariciaban y me hacían temblar porque las imaginaba navajas por donde me sacarías el alma.
Miento cuando digo que me agrada tu cuerpo de gaviota, largo y elegante. Yo prefiero las presencias liquidas pero no sé porque mentí y te dije que tu serías el resto de mi vida.
Miento porque dice Paz que eso ayuda a olvidar la realidad sórdida y no entiendo lo que significa y no le creo, porque supe de la sórdida realidad suya de él y entonces debo verlo como un mentiroso y en este sitio eso es blasfemia. Paz miente, mintió siempre, inventó y generalizó y a todos les fue fácil creerle. Una gota no es como otra gota.
Miento cuando juro que ya no me importas y con eso se que me gano el infierno que ya vivo pero que seguiré habitando cuando mueran estas tristes carnes que no alimentan a mis tristes tigres.
Miento cuando escribo que no escribiré más en tu nombre, cuando aseguro que abandonaré las palabras en una cueva que se inunde para que la marea se lleve los cadáveres y los sobrevivientes.
Miento cuando digo que sólo vivo por ti, vivo para olvidarte y el olvido no es algo gobernable.
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