Bienvenidos al mundo real...
Había escuchado que cuando uno ve a una libélula significa que está en su última etapa de vida y que morirá pronto. Hay una de ella en mis manos, he pensado seriamente si salvarla o dejarla morir...
Ocho aspirinas, un litro de aceite para el coche, anticongelante y una barra de chocolate blanco si es que eso es chocolate. Cinco latas de atún, diez veces 100grs. de color amarillo, dos algodones de azucar, eso sólo para darle color rosa y que se vea de buenos valores, 600grs. de nubes cuando esté nublado, seis vídeos de Youtube, veitidós letras de Word, veitiséis puños de azucar.
No soy responsable de mis actos irresponsables, sino más bien del egocentrismo que puede hacer que no te conozca dentro de un contexto falso y completamente planeado para los engañados que dura menos de cinco minutos. Pretendo aclarar las mentes de los que día tras día viven dentro de una rutina que dura solo toda la vida.
Pero el mundo se extiende cada vez más allá, desde la idea de los números de Pitágoras hasta los quarts. Y es en ese momento en donde se comienza a dudar de los eclipses. Los humanos, en su búsqueda por los momentos primeros que definirían nuestro pasado y nuestro futuro, han establecido un principio básico sobre la destrucción. El ayer en que confiábamos por experiencia no importa, ni siquiera existe ahora. Principio de identidad de Parménides, el mundo hecho de principios que las personas contradicen todos los días. Siendo el último día de mi vida podría tener una meta, pero el hecho de ser inmortal hace que la pereza como pretexto sea irrefutable y al mismo tiempo inmortal. Siendo el mundo así, un día alguien alterará las reglas y se proclamará como dueño de las ideas que no son.
Somos los sobrevivientes de cientos de miles de millones de maneras de morir. Lo único es que ahora deben poder sobrevivir en el mundo nuevo. Se dice fácil, pero aquí es dificil.
Quiero ver...
Arrojas dos o tres amigos y ahora trata de que todos caigan dentro del recipiente que contiene el agua hirviendo, el punto es que es imposible hasta ahora atraparlos a todos, siempre uno morirá. La ciencia en 1788 comprobó esto, se tuvieron que hacer varias pruebas por lo que cientos de niños pelirrojos de piel color fresa y mango murieron.
No puedo morir no porque sea inmortal, no puedo morir porque...
Entonces no me mires así, dije que no te conocía para salvarme a mí mismo, para engañar y para ser engañado en esa realidad que se creó a partir del momento en que te lo dije, dentro de una conversación y dentro de un acróstico que ni siquiera leíste. En los números cuatro, ocho y seis, en el mensaje extraño que no dice nada en tu realidad.
No hay nada más allá del mundo, todo lo que existe es aquí, no hay memoria ni imaginación, no hay dragones o brujas que puedan atentar contra tu vida durante las noches. Lo que hay es criminales que quieren robar porque lo consideran necesario, hay baches en las calles y vagos que pueden hacerte daño. No se puede comprar todo el color azul del mundo, no se puede reir. Aquí es fácil.
Todo se reduce a un solo momento que es hoy, un solo instante que es ahora, un solo pensamiento que soy yo, una sola vida que es esta. Todo se reduce a la incertidumbre pura, como en el dilema del prisionero. Podría escribir algún poema, pero no me gusta la poesía, tampoco me gusta estar enfermo sin poderme mover, es la sensación más incómoda del mundo, todo es culpa del sueño. Mensajes enviados al mismo tiempo, el humo que se hace signos, cambian durante algunos minutos y se llenan de prejuicios durante toda su vida.
Y ahora estoy aquí, esperando el momento, todo se reducirá a recuerdos, entraremos al banco, alguien cometerá una estupidez y minutos después nos estarán arrestando. Una vez en prisión encontraré la manera de salir, seré cazado durante toda mi vida, jamás seré libre otra vez, libre con aquel grado de libertad que tenía y que podía controlar aunque fuera demasiado.
No puedes volar o imaginar una casa en el árbol, en cambio puedes reforzar tu hogar para mantenerte seguro, no de zombies o monstruos gigantes, sino de psicópatas y asesinos. No hay payasos que salven al mundo de la crueldad de los problemas de la ética, en cambio hay policías que matan niños. No hay estrellas que puedas tocar, en cambio hay meteoritos que destruyen grandes construcciones y hacen que cientos de personas pierdan la vida. Aquí es fácil.
Era ciego y ahora veo…
Una nostalgia diferente que no es feliz, un oso gris, una paleta de jengibre, drogas ilegales que se consiguen de los árboles, peces que no hemos visto y que brillan por la noche, pero no necesariamente por la noche, sino que también por el día, a lo que me refiero es que tal vez no brillan.
No hay súper héroes, aquí hay bomberos y policías, no hay FBI, hay personas que hacen justicia por su propia mano. No hay gatos que juegan, hay gatos que matan por diversión, porque está en su naturaleza. Aquí es fácil.
Aunque sea una mentira, llevo praticando por miles de años. Desde inglaterra hasta la otra esquina de mi cuarto que no conozco, en donde las telarañas de las cajas se reproducen y crean malteadas de colores, en donde los prejuicios se olvidan y en donde los perjuicios se aumentan.
La inmortalidad y los niños...
No hay esporas de luz, hay oscuridad y miedo. No hay slow motion, hay videos que repiten una y otra vez de cómo sucedió una muerte, un robo, cómo detonaron una bomba que mató a cientos de personas en un tren. Aquí es fácil.
El médico lo acaba de golpear para que llore. Olvida tan rápido el sonido. Acaban de cometer el crimen más perfecto del mundo, murió al nacer y nunca tuvo nombre. Una pequeña Andrómeda marchita rápido en su nombre, otra estrella de Italia solo se desvanece. Pasan las estaciones y solo el granizo se derrite, los instantes efímeros de la música que se deshacen, las imágenes utópicas que son simuladas en papel, inmunes a cualquier tipo de piel.
No hay niños que ayudan a los ancianos, hay ancianos que violan niños y niños que matan a sus padres porque no les regalaron algo en sus cumpleaños, niños que matan a sus compañeros de clase con armas de fuego. Aquí es fácil.
Millones de sacrificios por confusión.
Las voces que sirven como luciérnagas con su fulgor.
Cada espora de luz se hace más opaca...
El tiempo acaba de terminar en cuanto se puso de pie, somos libres ahora; todos lo escuchan.
Lo percibimos, está ahí desde que comenzamos y solamente lo olvidamos.
El sonido del cosmos colisionando tan fuerte.
No hay esperanza, hay conformismo porque jamás se hará nada. No hay oportunidad, hay resignación por tener una muerte menos simple y más dolorosa. Aquí es fácil.
Disculpen, no fue mi culpa. El hecho de ser inmortal no me da nada.
Lo mejor de no tener un gran poder, es el no tener una gran responsabilidad...
Si quieres ser como yo haz lo siguiente. Una botella de cristal de capacidad de un litro con 800ml. de gasolina dentro de ella, una pila de celular de capacidad para nueve rinocerontes, tres metros cuadrados de papel alumino y una vara. Ahora sólo tienen que envolver la botella y la batería de celular en el papel alumino y meterla al horno de microondas y lo más importante, seleccionar pizza, si seleccionamos pollo podríamos morir. Ahora seleccionen iniciar y esperen, no se alejen.
No hay filosofía que sirva, aquí hay humanos. No hay genios, hay suerte. No hay habilidad, existen los errores. Sin embargo no es tan malo porque podemos dormir siempre, quejarnos y tener una rutina, pero que no es fácil de admitir, hay hambre. Aquí es fácil.
Quiero llenar una vasija de viejas lágrimas con recuerdos que ya secaron, y con sentimientos que siguen ahí, escondidos entre la brisa, muertos de miedo porque la neblina no los alcance.
El compromiso de lo que vale la pena no es. El no ser no es. Decart no es. El amor no es. Es la mentira, es Kant y es el sabor de la comida. Es levantar a un gato que tiene hambre, llevarlo a casa y cuidarlo. Es hacer que se cuestionen, es lo impredecible, es el ser.
No siempre es en el mismo café en donde pides té, no es en el restaurante en donde comienzas con el postre y terminas con la bebida. Cambia al mundo, no se puede. Aquí es...
Poder revelar los cientos de fotografías que aun están ahí, encerradas en el papel para que no se dañen. Prefiero poner a salvo las palabras que quiero decir. Prefiero pensar en la oscuridad...
Sé consciente, sé consciente de que eres consciente. No es la mirada, es el color de sus ojos, es el azul y es el negro.
Tengo en mi puño un poco de esperanza, pero es sólo un poco de hielo derretido. Mi manos están frías. Existe el riesgo de perderme porque es necesario que lo haga, que el camino dure decenas de años y que al final me arrepienta y sólo quiera regresar a casa, que al hacerlo los niños mueran.
Ojos color azul marino...
Y ahora pasó la gran oportunidad de esta mañana de que todo fuera diferente, catorce segundos más y lo hubiera logrado, pero no podía pensar, era arriesgarme a no verlo. Pero ahora puedo reir, ¿signifa ser feliz? No. Ni siquiera se acerca en nada. Lo que significa no lo puedo explicar, mi vocabulario es muy limitado y aún suelo contradecirme unas dos mil veces al día, a veces más y a veces menos y eso todavía le importa mucho a las personas.
Además de la obvia motivación financiera...
Es el pesimismo y la ataraxia.
Es el ser consciente y la inmortalidad.
Es el porque quiero y es el porque puedo.
Aquí es fácil...
Deletrear con los nervios de punta por premios que sólo eran ego y que no valían nada, patéticos concursos llenos de hipocresía que se transformaba en aplausos.
Los hechos que pueden ser falsos y verdaderos en la actividad del principio no son mi responsabilidad, no tengo ningún tipo de responsabilidad, ni siquiera conmigo mismo, no soy digno, pero soy consciente. Estaba tratando de pensar en no morir.
Soy predeciblemente impredecible...
Y comenzar a hacer lo que quieras de tu vida, sin pensar en el daño, pensando siempre en la locura momentánea que durará una fracción centesimal de la historia del planeta tierra, ni siquiera del universo, de los libros. Y podrás matar libremente a quien tú quieras, no habrá pretextos, no tendrán que hacerte daño, no habrá venganza que exista, no habrá una idea, sólo matarás, serás buscado y cuando te encuentren te encerrarán porque eres ahora un peligro para los demás.
Cada instante que quieras salir de prisión pensarás en lo irónico de las cosas, en que no valen nada, y que los que están teniendo una vida "libre" no son conscientes de todas las atrocidades que están haciendo, de que están muriendo en sus trabajos, consumidos por sus rutinas, consumidos por las ideas de los demás, por lo bueno y por lo malo si es que existe.
Ahora desearás estar en prisión por siempre, contradiciéndote cada vez que tus labios resecos pidan agua.
Consumidos por el tiempo y por la física, por la inmoralidad ficticia de las películas, consumidos por la música y los sueños.
Justo en ese instante, justo cuando los sueños se transforman en trabajo, justo cuando la realidad se transforma en un absurdo, justo cuando la humanidad se transforma en tu enemigo, cuando el fuego se hace calor, cuando las lágrimas sobre el piso se hacen recuerdos, cuando los recuerdos se hacen nada...
Porque es fácil.
Saber es poder mantener la mentira...
Siempre quise escapar, la adrenalina, pero ¿cómo ayudar a escapar a alguien que planeó minuciosamente que lo atraparan?
Maldita sea Camus, qué pretendías, ¿destruir el mundo?
Podría volver a Paganini, pero Pachelbel es el genio. Sólo prohibir el mal como nuestro cristiano amigo o hacer perdurar la moral en cada botella como Confucio.
Quiero crear el recuerdo más grande del mundo. Un concepto que lo defina todo. Quiero poder realizar cada una de las cosas que veo...
Si me dedico a la pintura seré un Dalí, si me dedico al deporte seré un Bolt, si me dedico a la música seré un Mozart, si me dedico al azar seré un ilusionista, si me dedico a los crímenes seré un Holmes. Mi destino ha creado las circunstancias necesarias para que yo sea un genio, soy bueno en todo y he cometido errores.
Si me dedico al recuerdo...
Seré Tarek Marduk...
He decidido salvar a la libélula...
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